...Caigo en mi instinto:

...Caigo en mi instinto:
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, pero no puedo ver cajones y cajones pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver todavía caliente la sangre en los cajones. Gonzalo Rojas, Contra la Muerte

lunes, 10 de agosto de 2009

Árboles sin rostro:

René Magritte .

Encandilados rozamos nuestra alma. Fresca como la flor de tus ojos le siento, es gloria para abrirla y extirpar cuan sea la luz que existe dentro de aquella. Inheroica se cierra la furia, esta vez crece la magdalena más tierna y pétrea de todas, nuestro amor de piernas blancas y boca invisible; tierna hoja de árboles sin rostro.

De mi cabeza intrínseca flotan ramas unidas todas al cerebro. Eléctricas recorren todo mi cuerpo, como aire y hielo fútil amistan al sol como cómplice filoso y tétrico despertar. Logremos despertar mucho más allá, donde el océano sea blanco y transparente, y deje de ser eléctrico azul desde la frontera. Veamos las verdaderas noches donde el vuelo sea limpio e inerte, las carreteras planas y sin vuelcos, que los vanguardistas cisnes nos hablen al fin de la verdadera historia, sin ser degollados por segunda vez.

Hablemos, caminemos, miremos, flotemos, rasguemos el tejido que no nos deja gritar hacia el vacío, e inclusive mucho más allá, donde no existe cuerpo, fondo ni árboles, sólo el hueco más hondo de nuestra alma.

2 comentarios:

Eduardo Galleguillos Castro dijo...

1.
Viaje del yo interior, viaje a paisajes sumisos y perfectos… helados, pero exquisitos, llenos de la brisa dulce y el aroma del mundo. Contengo mis ramas cerebrales, ajenas a cualquier sentido espacial; es allí donde veo a los que siempre han estado y no quiero que sean degollados.

Cuídate amigo, te quiero mucho.

Pd: Macayitaaa uiiiii u.u

JuanSe... dijo...

chico, llevaba tiempo ausente y veo tu publicación y me sumerjo en ese oceano, solo, pero me sumerjo, tal vez buscando encontrar esa compañía que recomiendas, tal vez simplemente tratando de ahogarme en esa transparencia para no volver nunca más...

un abrazo