el patio mojado
y el martes nocturno
se parece más aún a mi pena
ojos abisales
y voz temblorosa
—las puertas de la casa se pintan
de un humo detenido—
recuerdo en la casa junto al crujir de la escalera
como un ave embalsamado en la cima de tu montaña
la casa verde otra vez, y tú esperándola crecer por dentro.
dicen que tenemos el mismo movimiento
célula por célula,
a de ene con olor a seguridad y gusto inseguro
tes desteñida y pie ondulado;
¿habremos nosotros dibujado tu paisaje en la lejanía?
¿en qué parte de esta historia nos dejaste detenidos?
los ríos serenos te ven andando
por tu amado bosque marino Tocopilla
la plaza nocturna y la playa roja
nuevamente la luna llena
y el humo se detiene.
—la casa aún sigue tu tiempo—.
ni pena ni miedo, pues te conozco
reconozco tu patio húmedo y las plantas,
el drama del piano que no existe,
la voz de Janis y la cebolla iracunda.
heme aquí la noche invocándote como un loco
en la habitación donde pasan los ríos de la corta historia,
con poemas, aeroplanos estáticos,
fútbol forzado patos de parques petrificados.
heme aquí la niebla,
entrando nuevamente a mi tiempo
intercambiando aves entre dimensiones.
entrando nuevamente a mi tiempo
intercambiando aves entre dimensiones.
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