Como si en el cielo existieran las aves
voy mirando hacia arriba
escalando mi montaña empinada
de atardecer tardío
de escaleras cansadas
de cargar tanto peso vivo
vengo desde abajo
guardando moscas en mi boca
que me ayudan a controlar
mi vertiginoso paso
he guardado en mi oído
pasajes hacia ciudades
con desiertos verdes y flotantes
de cristales de verano,
de lluvia sedienta.
sábado, 12 de octubre de 2013
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