...Caigo en mi instinto:

...Caigo en mi instinto:
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, pero no puedo ver cajones y cajones pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver todavía caliente la sangre en los cajones. Gonzalo Rojas, Contra la Muerte

sábado, 6 de marzo de 2010

Insomnio I

Desnudo Fetal (Fotografía de Philippe Halsman en 1942).

De noche el tiempo se hace eterno, la tierra gira más lenta, y los ojos pestañean cada dos pálpitos que hace el corazón. Sientes el cuerpo corto y el ruido largo, sientes que la humanidad se retracta centímetros contra la vida, y se elevan las coincidencias y se arrastran las súplicas de querer sentir “eso”; eso que suavemente te transforma la mirada (aún teniendo los ojos cerrados), eso que trae pensamientos y hace sentir olas y delfines girando, eso que hace ver jardines de acéfalos y rostros llorando. Y ahí estás tú, lamentando la física de los astros que imaginas, que no vez, ahí está el punto que se burla y las estrellas que te gritan y la luna que estornuda… prácticamente todo se encuentra en movimiento,
menos nosotros.

5 comentarios:

silvia zappia dijo...

las olas y delfines te acompañen...


mil besos,pequeño maestro*

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Eterno los instantes..."El Eterno Instante del Ahora" ¿será una alucinación? ¿podremos edificar con la imaginación? ¿construir cimientos sólidos en constante movimiento? ¿que se balanceen al son de la tierra y sentirnos acunados en vez de golpeados?

Besos y amor
je

Mercedes Pajarón dijo...

Has descrito con el pensamiento y las palabras más hermosos mi angustia nocturna...

Sólo te puedo dar las gracias y mandarte un abrazo.

sebastian amaru dijo...

Recordé que hace mucho tiempo atrás le tuve miedo a la noche, desde el crepúsculo hasta la aurora del nuevo amanecer. Y es que la oscuridad trae marejadas de misterio, silencio y otras ambiguedades. Después descubrí mucho de eso, la noche es quieta, los astros flotan inconstantes detrás del ocaso de la luna, pasajeros, distantes y uno cambia la realidad por un extraño trance... En fín, la noche es un enigma.

Tiempo sin leerte cromosome.
bastante inspirador

Clara Castillo dijo...

Qué bonito!! Cariños.