Entre el encuentro de las calles y el aire; fluye su más profundo suspiro e inspiración, la luces se apagan mientras los cerros crujen como madera enmohecida; sin hedor y sin mohínas. Hemos descubierto el humo que recorre sus infinitos caminos enmudecidos, hambrientos de sudor incipiente, mientras su cabello ríe de resacas de vientos lacrimógenos, fósforo en catacumbas atestadas.
Encontremos la respuesta a tanta quietud, el perfume y su pócima incorpórea que grita, y que hace que se agrieten las cuerdas del árbol balbuceante, lleno de sulfuros de lluvia, y océano urbano sin olas, como pájaro que flota de la nada. Sequías de efluvios; el aire se mezcla con vahos y humos sin cenizas, vientos transportan los sonidos y van en contra de susurros –estoy sentado, esperando a que lleguen céfiros y mi psique. Me cubro corrugado de edredón inánime, frecuentes en montañas y césped sangriento, verde y acuoso, agua y glaciar de fuego sin hedor. Tumefacta esta la presión del muelle que cubre nuestro perfecto encuentro, llovizna y profecía incierta desde lo lejos, incas y mapuches forman las nupcias del olvido arcaico. Rondemos las estrellas y albures, quebremos el radio de la mente, y el caletre intacto en mis pies…
Encontremos la respuesta a tanta quietud, el perfume y su pócima incorpórea que grita, y que hace que se agrieten las cuerdas del árbol balbuceante, lleno de sulfuros de lluvia, y océano urbano sin olas, como pájaro que flota de la nada. Sequías de efluvios; el aire se mezcla con vahos y humos sin cenizas, vientos transportan los sonidos y van en contra de susurros –estoy sentado, esperando a que lleguen céfiros y mi psique. Me cubro corrugado de edredón inánime, frecuentes en montañas y césped sangriento, verde y acuoso, agua y glaciar de fuego sin hedor. Tumefacta esta la presión del muelle que cubre nuestro perfecto encuentro, llovizna y profecía incierta desde lo lejos, incas y mapuches forman las nupcias del olvido arcaico. Rondemos las estrellas y albures, quebremos el radio de la mente, y el caletre intacto en mis pies…
Responden –el Arcángel ha nacido.
Amor y Psique han muerto.
En sus almas tenebrosas,
Los vientos elogiaban junto
Al mar.
Insinúan las tenebrosas almas
Del perfume intacto;
Se han devorados las cabezas
De dos amores inhibidos.
3 comentarios:
Desde lo ancestral nacen tus palabras,sonidos de vientos antiguos y aullidos galácticos.Más allá de todo lo terreno, está tu prosa sin olvido.
Mil besos!
la pulsión de eros, la pulsíón de thanathos...nos envuelven y devoran con la misma fuerza que tus palabras.
Abrazos, compañero
tu poesía es tan densa tan rica, cada verso, cada frase te ofrce una multitud de sugerencias de sentimientos, hay que recrearse en lo que escribes.
Un gran beso.
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