la extrañeza de aquellos que vemos la mañana
como una luz en las entrañas del vacío
y por sobre lo etéreo.
Me refiero a la luz donde orbito,
esa que se endurece cuando te quedas
p a r p a d e á n d o l a,
y se escurre en explosiones cual volcán.
Parecida al espejo,
a la imagen petrificada.
Aparece desvestida cuando amanece,
como una idea que transita.
alma. y. océano.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
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