viernes, 5 de junio de 2015
paradero
me mantuve siempre en el borde extendido,
como un mar inquieto lleno de tanta pregunta y ensueño.
no supe distinguir entre tantas explosiones en un parque
que parecía ser de niños y cohetes acuáticos;
nunca hallaré la explicación al temblor de la vergüenza,
nunca me esfumaré sobre el aire apretado de la consciencia.
me mantuve siempre erguido -extendido sobre el mar,
con un colchón de nubes que arrojaba hacia el cielo
cada tarde de omnipotente ceguera.
no quiero fugarme a mi desierto lunático esta vez,
quiero navegar -soledad- pero quiero navegar
y naufragar en los miradores de la espera,
con un montón de palabras que decir,
y gritar en la calle,
y esparcirme también en ella,
entre la multitud encontrar la explicación
del fragmentado tiempo,
recolectando espacios;
escondiéndome siempre de la cordura.
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