estuve escribiéndote en exceso,
en las paredes de mi inocencia enferma,
más atrás del muro.
con la boca abierta de espanto
me fui caminando por la ciudad
aterrorizado de la mañana.
parece ser que esta cabeza me ha ganado
no puedo, no puedo, no puedo
deslizarme por las dimensiones
del mar y las olas
no puedo,
no pude medrar
en el horizonte cóncavo
de la cúspide del beso,
como los jotes detrás del cerro
no puedo no poder,
y tampoco puedo abrazar
al humano,
abrazarte de sonrisa pueril,
de beso solo.
se siente tan triste esta ventana,
el corazón, la vida sorda.
...Caigo en mi instinto:
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