Sentado sobre el asfalto
Oigo desde lejos
La luz del sol en la noche,
Quiere volver a rozar los árboles,
Pues mi perpleja estructura
Ni la noche
Le dejan sobar algo de estrellas.
Mi cama en el suelo se encuentra húmeda.
De pronto sueño con una mujer
Sin su útero con el crío en las manos,
La sangre recorre las calles
Apoderándose de ellas.
La madre juega con las semillas
Del suelo,
Mientras la cría le besa el alma
Con su otro labio.
Las cándidas mariposas
Se sientan a reposar su corta vida,
Mientras la madre corta la dulce madera
Para abrigar al crío.
Los lobos se acercan por el olor
De los pechos de la madre,
Pues el crío grita,
Se espantan,
Sale el sol y ya es hora
De dormir,
De caer,
De vivir.
La madre se sienta sobre el asfalto
Y mi cerebro por inercia se encoge
Y revota entre los sesos.
Se adentra el mar y la brisa se hace inexistente.
Los árboles han dejado de moverse
Y el crío se ha callado,
La madre susurra,
Se desvela,
Camina para sí misma.
No hay noche ni día,
Las nubes han cubierto la vida
De almas deprimidas.
3 comentarios:
las madres siempre ahi, siempre... No nos abandonan, aun teniendo tan cerca los lobos...
Un abrazo
La madre abriga al crio, en esa tempestad de sensaciones, de mariposas y lobos, de sol y de noche, el equinoccio donde el limite está presente...
saludos cromosome :)
La profundidad de las sensacions que me dejaron ver tus palabras me agradó mucho! :)
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