...Caigo en mi instinto:

...Caigo en mi instinto:
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, pero no puedo ver cajones y cajones pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver todavía caliente la sangre en los cajones. Gonzalo Rojas, Contra la Muerte

viernes, 4 de septiembre de 2009

Entre los cuellos del cisne :



Reminiscencia arquelogica del angelus de Millet

Desterrados como sombrías esculturas nos renegamos a dialogar al destino. La fiesta de nuestra realidad es mucho más que sacrificio, nada nos moldeará nuestra sonrisa, tampoco hará de ésta, una lágrima fantasmal como las que fueron en la cima de nuestra alma.

Estampados sin movernos siquiera nos miramos, somos crepúsculos llenos de negrura; vencimos cuervos de cuero, palomas de relámpagos, vencimos el karma que nos invita junto a la noche que nos grita. Dormimos en el lúgubre pueblo que nos orienta, desprendimos cenizas volcánicas y medrosas, nos revolcamos y nos besamos, revisamos la vida y nos detenemos. El territorio flota y se hunde, nosotros nos hundimos y nuestro cuerpo flota, ¿será que la gravedad estalla frente sudor?

Oigo al muerto y su voz intrépida; veo el cadáver, y al cráneo de águila que se derrite por los brazos del sol, veo la sonrisa y los inmensos dientes en forma de casa; nuestro cuerpo veo esconderse entre tanta masa.

Respiro el fuego cicatrizante y penetrante, absorbe mi piel el sosiego inmenso que siento cuando te respiro; floto y hablo con palomas de piel cebra, dialogo con el aire derramado en eléctricos pisos y cabezas de piedra. Es duro, pero flexible a mis ojos.

Congelados en el aire, el hielo fútil nos sostiene, la luz es pura y natural, como la silueta que nos adhiere como imanes de mantequillas, pero congelada, estéril y gótica nos susurra gravemente en el oído; me habla de violetas y carpantas, de volcanes y cenizas, me habla de cuellos y acéfalos, de buitres y cisnes enrollados en márgenes de cuellos...

— ¿Nos verán igual las iguanas que se asoman tenebrosas?

12 comentarios:

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

oscuridad y luz, Me gustó el relato.
Besos y amor
je

silvia zappia dijo...

Estalla tu metáfora como volcanes y de ella nacen las violetas;oscuridad y luz,pleno alrtilugio.


Mil besos,Cromosome!

Psicodélica dijo...

Hermoso y etéreo a la vez.
:)

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eduardo Galleguillos Castro dijo...

¿Nos verán igual los cielos translucidos?
Me parece que el tiempo mutila nuestra esencia y la destroza… intuyo que todo cambia y da vueltas. Que el amor se hunde, que los cuerpos se hunden, pero no en el mundo sino en las palabras y los pensamientos.
Estamos al filo de una vida cada vez más pesada, suplicando un rastrojo de agua viva; agua viva que nos golpee como una bengala.

Me gusto Ricardo, un gran abrazo.

Ismael U. V dijo...

Me quedo con las palomas de piel cebra, que por cierto se ven muy bonitas posando en lo alto de edificaciones viejas, burlándose de la sobriedad de los murciélagos y las lechuzas.
Saludos amigo, muy bueno!

Joan Figueres i Guíxols dijo...

Brillante tu prosa!!!

Joan Figueres i Guíxols dijo...

Un abrazo, amigo...

Juana Macías Moreno dijo...

Magnífico, es un placer leerte.

Besos.

JuanSe... dijo...

simplemente E S P E C T A C U L A R!! y demasiado metafórico para ser real, demasiado vos, me gusta cuando escribis este tipo de relatos, que releo y releo y encuentro cada vez cosas nuevas...

un abrazo

Jud dijo...

Seguramente no.

La primera vez que lo leí quedé impresionada. La segunda encontré detalles que me hicieron pensar. Y la tercera comprendí que lo había entendido mucho mejor la primera vez que ahora. Qué irónico ¿no? Me encantó leerte.

Mercedes Pajarón dijo...

Tu relato me recuerda a un oscuro caleidoscopio al que giras para descubrir cada vez una forma diferente que te haga seguir soñando...

Leerte es toda una sensación magnífica de fuerza y sensación! Un abrazo, Cromosome!