...Caigo en mi instinto:

...Caigo en mi instinto:
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, pero no puedo ver cajones y cajones pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver todavía caliente la sangre en los cajones. Gonzalo Rojas, Contra la Muerte

viernes, 24 de julio de 2009

Gran Hastío.

Mi Gran Hastío.

Hoy es una instancia, no un día, en el que me ciento con gusto de derrumbar toda la esencia de aire, del vuelo, y los trenes. Hoy me ha hastiado hasta mi propia religión, dios. Sí, nada más que eso, el mismísimo dios. Contemporáneamente me he puesto a pensar, no razonar, en la conformista que ha sido mi estancia en la tierra. El no poder prevalecerme y dormir bajo mi propio pasado; los mismos escombros que dormí ayer, y mucho antes. Este gran atisbo salió a la luz cuando merodeaba por el largo tren de mi viaje, donde pensaba en la sociedad –dicen que estos pensamientos siempre nacen cuando uno sede el gran paso a la realidad, pero quién me dice exactamente que esta realidad es la misma, que la misma realidad?, nadie lo sabe. Pensar y morir de ansiedad interrogativa de la muerte nunca ha sido mi esencia, por eso es que hoy he decido derrumbarla y conjugar los vientos y el vuelo; y este largo tren. Pensé en leer grandes filósofos para responderme grandes respuestas, pero pensé otra vez, porqué leer es tan suficiente como comprender? Primero, comprender qué, si no me comprendo yo mismo. En realidad si no comprendo mi yo, cómo otros pueden realmente comprenderme? ¿Hipnosis, psicólogos?, sería estúpido…
Mientras caminaba por la apetitosa ciudad tropecé con un pequeño individuo. Un hola fluyó de su estupenda boca, pero pensé –siempre pienso-, él realmente existe. Lo he tocado, lo he besado inconscientemente, lo he palpado, le he hablado exhortadamente. Seguí y quedó hablando con el aire ya conjugado.

Llegué a mi estancia, no quise llorar sólo por que me hastía también el llanto. Medroso me recosté, pensé en el sueño que debía tener, pero el karma me fue culminando inusitadamente por los dedos de mis pies. Pensé luego en mi petulancia, es normal analicé esta vez, es normal en mí; mi experiencia, mi individualismo y pesimismo…

– ¡Mierda!, he vuelto a pensar en los malditos filósofos. Y volteé a dormir sin saber siquiera qué soñar.

Al día siguiente desperté con el maldito sol en mi cara, la noche fue gélida, el hielo saturó mi sonrisa, y decidí analizarme, pensarme a mí mismo. – Me siento inicuo al verme en el espejo, es tan cruel como satírico, es realidad inexistente… es mi piel pintada con légamo y escarcha de lago. Pensé en ser un río turbio y confuso, un río donde el sol evaporara toda su hiel y lo dejara sumiso… pero de pronto volví a pensar y concluí que yo, vosotros, el universo entero nos conformamos con vivir y depender del magnifico sol. De esa forma somos felices, pero sólo como pintura y cuadro estampado. Bajo el tiempo que nos pinta, estamos nosotros muriéndonos de sed e implorando al sol que no se apague, por que si él/ellos se apaga/n, viviríamos la propia muerte; nuestro gran y tenue miedo.

Tras haber analizado, me descubrí a mí mismo, lejos de analizar los miedos del resto. – Ya estoy harto de analizarme observando a los demás, no soy dependiente, y no quiero depender de ti, de él, de nadie.

Opté por matarme…

Ahora incitado aquí entre las nubes te analizo hasta el último púbico vello, descubro cuan muerto estoy yo, como vosotros. La realidad existe, pero sólo como profecía y hojas de papel quemado; como estampa y pintura… la inmortalidad está en vuestras manos. Busca tu alma y harás infinita tu estancia en el horno más putrefacto de todos, nuestra tierra. El sol nos quemará hasta que vuestras púdicas cenizas ya siquiera existan, existamos sólo para existir, ¡Os afirmo, somos todos inmortales!

11 comentarios:

Eduardo Galleguillos Castro dijo...

En una palabra: Genial.

Amigo, conjugaste tan bien tu inspiración, se cayeron los muros de mi entorno mientras leía estas fatídicas palabras… este ciclón disperso y turbio que te capturo en esas noches gélidas.
Saturadas las interrogantes y sus respuestas, concuerdo contigo al 100%, es que la frase mas “genial” que ha salido a luz. “Conocerse uno mismo y derribar los exuberantes análisis de terceros”.
Impecable la exposición de las ideas, y hablo muy enserio… fuera de la parafernalia de mis palabras, lo repito; pero de igual manera, con el mismo vozarrón, la misma yaga frente a este ángulo televisivo.

Me encadenan las interrogantes, y es que muchas personas acuden a las regresiones, valorando mentes pasadas, que ciertamente son claros indicios de luz pura y única… pero yo, tu, ellos, somos iguales.

Cuídate amigo, no se si exagero, pero es mi escrito favorito.

PD: Vivencias - Imaginación - Carácter

Jud dijo...

Im-pre-sio-nan-te. Es que no tengo más palabras. Te juro que desde inicios de año que empecé con todo esto de los blogs este es uno de los escritos que más me ha gustado y transmitido. Enhorabuena. Por supuesto te sigo leyendo... mil y una veces.

Mercedes Pajarón dijo...

Cromosome, éste es un texto GRANDE, que toca la misma esencia del yo, del alma, del cielo y del infierno, de la vida y de la muerte. Coincido en todo lo que ha dicho Eduardo...

Un abrazo! Eres realmente magnífico con las palabras, los sentimientos y las ideas!

PD.- "Hastío" es una palabra que siempre me ha gustado.

silvia zappia dijo...

Cuando el hartazgo supera a las palabras se apaga la luz del universo caen lluvias demenciales desde ojos vacíos y desoladoras sequías azotan frentes y almas todo el ruido del silencio prensa pechos y sienes el hastío deja el mundo devastado aniquilado baldío desde las heridas de mi frente áridas abiertas y sin sangre después de tanta sinpalabra...

una flor amarilla
del desierto
brotará
(tal vez)
a
l
g
ú
n
d
í
a

*************************************************************************************

(te dejo mi poesía,escrita y publicada en abril)

Mil besos, amigo genio!

Juana Macías Moreno dijo...

A veces el hastío se apodera de mí y no deseo la inmortalidad, la muerte es mi único consuelo, cómo renunciar a ella. Me encantó!!!!!!!!MAGNIFICO.

Un gran beso.

Anónimo dijo...

Decadencia en letra.
Un placer.

Ismael U. V dijo...

El hastío es un estado al que se llega sin desearlo, es una de las opciones abrazarlo, como lo hiciste en este texto, y el resultado es muy interesante.
Saludos amigo.

Psicodélica dijo...

morir para reflexionar.

Elaine dijo...

Digamos que para mi un humano es la simple imagen llena de supuestos, el cual simplemente vive la vida que le toca haciendo lo que se supone que es lo correcto i es valido, pero para mi no se desarrolla mucho valoricamente i mucho menos siendo conciente de las cosas, de los detalles reales, no aprecia lo distinto i esta tan ciego que ni siquiera se da cuenta de ello.
En cambio para mí, una persona es la que vive según sus propias ideas pero lo más importante… con conciencia i aceptación de las cosas, sabe apreciar las sensaciones, las emociones, los detalles mínimos, son otro tipo de persona… de esas con contenido, de esas que valen. Que son mas allá de ellos mismos, que se complementan con lo exterior i que se diferencias del resto.
Bueno, eso es básicamente lo que quiero decir al diferenciar lo humano con persona.
Espero que haya quedado más o menos claro :)
Estas de acuerdo?
Gracias por leer mi Blog.
Cuídate!
Au revoir.

Deigar dijo...

Hermoso, encantador, escribes de una manera tan especial, que nos hace transportar. Maravilloso.

Saludos. Nos leemos

iotalamda dijo...

Mandame un correo hay algo que quiero conversar contigo ivar_lazo@hotmail.com