Desde mi ventana veo mi juventud pasar,
Cristales reflejan las luces y faros alrededor de la luna.
Los ratones desesperados buscan metáforas;
Pero no de alimento,
De protección hacia palabras durmientes.
Mis pies no resisten aquel envejecimiento,
Pero la soledad me toma de la mano,
Son quince los días que resbalan el sudor.
En mi penumbra no hallo más que saladas rocas,
Que hablan de cosas que no me interesan.
Como si resistiera a tanta sal,
Sequedad,
Forestación:
Libertad.
El mártir me impide levantarme,
Que impotencia.
El aluminio de mis pies son fuertes alambres,
Que no me dejan gritar tu nombre,
La larga espera se hace desastrosa,
La mariposas aúllan, y los perros vuelan,
Parece un sueño,
La desesperación corrompe mi habla,
Mis metáforas se vuelven desabridas,
No puedes…
No puedo.
Ni que fuera tan fácil soltar la cuerda,
Caeré, caeré.
Vuelve, vuelve.
Vuelve cuan rápido seas,
La miel esta seca, dura,
Y mis alas no resisten el suelo de un árbol durmiente.
De unas hojas tan débiles como lo son mis pies.
Cristales reflejan las luces y faros alrededor de la luna.
Los ratones desesperados buscan metáforas;
Pero no de alimento,
De protección hacia palabras durmientes.
Mis pies no resisten aquel envejecimiento,
Pero la soledad me toma de la mano,
Son quince los días que resbalan el sudor.
En mi penumbra no hallo más que saladas rocas,
Que hablan de cosas que no me interesan.
Como si resistiera a tanta sal,
Sequedad,
Forestación:
Libertad.
El mártir me impide levantarme,
Que impotencia.
El aluminio de mis pies son fuertes alambres,
Que no me dejan gritar tu nombre,
La larga espera se hace desastrosa,
La mariposas aúllan, y los perros vuelan,
Parece un sueño,
La desesperación corrompe mi habla,
Mis metáforas se vuelven desabridas,
No puedes…
No puedo.
Ni que fuera tan fácil soltar la cuerda,
Caeré, caeré.
Vuelve, vuelve.
Vuelve cuan rápido seas,
La miel esta seca, dura,
Y mis alas no resisten el suelo de un árbol durmiente.
De unas hojas tan débiles como lo son mis pies.
1 comentario:
Hermoso
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