jueves, 21 de enero de 2016
círculos y triángulos:
parece mentira que el tiempo se esconde entre círculos
verano negro tras verano blanco sepultado;
cadavérico acariciar de luna. reencuentro.
los viejos parques se han cubierto de humo
mientras la ciudad te sigue presentándome
con otros colores, el mismo sonido
indescriptible silueta infinita
no es fácil,
quién dijo la mentira del verde parque
que hoy veo cual smog de noche.
he ahogado cada luciérnaga de mi lago negro.
tres con treintainueve,
más un montón de tiempo circunscrito en mi ojo,
la espera me la han quitado aquellas aves de tarde en la playa roja.
soy la luz perpleja que revive el tiempo irreversible.
aparecieron nuevas danzas en su cielo, y yo aquí las respiro.
el encuentro, soy un extraño en mi circunferencia,
el extraño, y el extraño, y yo también el extraño.
avanza la energía de los cuerpos y con ellos la física.
la luna psicológica no me responde con tiempo
qué me queda por pensarle al mar
mas que encerrarme en el desierto frágil de la duda,
no más me queda escapar por las puertas de la perspectiva insomne;
la de la risa, la de la estupidez de mi caminar.
la de la fragilidad y el llanto.
tres con treintainueve, más un año,
y yo aquí, el extraño como esqueleto
y dos cuerpos celestes que mi mente imagina,
las horas nuevamente me toman de sorpresa,
más bien el tiempo, la espera; mi círculo imaginario;
sigo siendo imaginario para mi mismo,
me encantaría extrapolar las distancias
y estrangular al tiempo.
nunca debí poetizar al tiempo en aquel bosquejo;
el tiempo y yo, nunca tuvimos alas.
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