Levitación del ojo :

Tengo una curiosa relación animal,
Soy un coleccionista carroñero.

Estoy viajando con la mente colgada,
Sofoco instantes en los que disfruto,
En los que salto de lujuria y espanto,
Estoy pisando sapos
Que me observan descontroladamente,
Estoy escapando, levitando.

Vivo inmerso en un mundo animal,
Desvisto la piel del ave que se refleja en mí.
Mi vejez se sepulta sobre el diamante
Donde se reflejan cada uno de mis dientes,
Estoy volando, siempre estoy volando.

Arriba de un caballo blanco
Me vuelvo recíproco para mi pensamiento.
En mi aura llevo siempre escrito mi nombre
Con píes y cabeza, siempre terrenal.
En mi largo cuello una serpiente blanca
Asfixia el recuerdo que aún no logro digerir;
Es en este estricto tiempo cuando
El paraíso en el que estoy se transforma en un desierto infinito;
Una noche lumínicamente oscura para mi mente.

Pierdo mis caballos y quedo solo en el mundo,
Mi pensamiento pierde mi aura, mi nombre confuso,
Las aves pierden el rostro, ellas también pierden el mío,
Pierdo el hilo ahogado del horizonte
La herida del ángel con cara de madre,
La cruz del mendigo
Y las monedas del rincón
Donde se recolecta la utopía vaga del ojo del sapo.

Pero estoy yo, tratando de comprender la invisibilidad
Tratando de entender el porqué de los sapos.
Arde mi rostro y tiene hambre de identidad,
Arde el cosmos y tiene hambre de estrellas,
Arde mi centro, mi cabeza dormida.

Mi yo acostado en un féretro de nube
Se pregunta sobre mí transparencia y la de los sapos.

Mi instinto solitario se mira en el espejo
Y piensa sobre pensar el pensamiento
Y vomita la manzana escupiendo un diente lácteo
Arrojado desde el universo,
Es mi alma la que se cuestiona
Sobre el crepúsculo de esta tarde de verano ardiente.

(Arde el sexo del ángel con cara, cuerpo y alma de sapo)