...Caigo en mi instinto:

...Caigo en mi instinto:
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, pero no puedo ver cajones y cajones pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver todavía caliente la sangre en los cajones. Gonzalo Rojas, Contra la Muerte

sábado, 3 de julio de 2010

En la orilla del Tiempo :


Este cuarto, que en realidad no es un cuarto cualquiera, no deja de crujir por las noches. Muchos animales que viven cerca de aquí, gritan por las noches tras la incertidumbre que les causa no saber qué es lo que suena tan perturbante. Algunos dicen ser gigantes flores que bajan de las nubes, otros dicen ser clavos que bajan como lluvia de metales, otros simplemente que es la misma noche la que habla, llora, —Pues siquiera sé lo que sucede en las afueras.

He pasado toda mi existencia oyendo estos disturbios que se adentran por mis ventanas; el sonido logra traspasar sus cristales dejando siempre un rastro de colores; opacos y octavos, incomprensibles. Pues, es sólo eso lo que logro oír; he permanecido privado de sonidos, el trauma de mi embeleso ha hecho que les reconozca aún cuando me hallo en la más hastiada crisis; donde el dolor es tan gigante que ahorco a gritos todas las aves que se posan a oír aquél sonido; —¡Mis oídos sangran!

Es por eso que ningún Ser humano se ha instalado cerca de este cuarto, pues el miedo que les causa mi monstruosidad y la de este sonido es tan grande, que ni las aguas del río se dejan caer por estos lugares; la naturaleza nos teme.

He aprendido a convivir con animales, que en realidad no son animales cualquiera, sino que totalmente anómalos; existen aquellos mudos, otros totalmente quietos, como estatuas, otros religiosos y locos. La verdad no hablo con nadie, pues mi sordera me ha impedido dialogar con aquellos, es más, siquiera sé si hablan, lloran…, no lo sé.

Nunca he comprendido en realidad, porqué los demás se alejan de mí, o yo de ellos.
Nunca he comprendido en realidad, porqué oigo este sonido y no los demás.
Nunca he comprendido en realidad, qué hacen estos chillidos siempre detrás de mí,

Dialogando con mi sombra, y mi esqueleto.

En realidad, nunca he comprendido la realidad; siempre he estado inmerso en este caudal de deformidades que a la vez son mi locura. La verdad, no sé si esto sea un cambio de tiempos, o siempre fui esto; inconcientemente. La verdad, no sé si estoy(soy) sordo o mudo, o único. No sé si soy sólo yo en este mundo y los animales son mis respuestas existenciales o quizá mi locura o la mentira más grande.

Soy atómico y muy ocular a los movimientos. Soy asesino, loco, maremoto, de piedra, ladrón de realidades. Soy todas las piedras en el mar, cada pez,… ¿Soy sólo yo en este mundo, o este cuarto, o soy sólo yo en mi mente y nada más?

Soy yo hablándole a la ficción, o la ficción es la que le habla a ustedes,
¿O ustedes piensan que quién les habla existe?

No duerman ni despierten, pues soy un monstruo con labios de elefante,
Que oye y lee la mente de sus demonios.

3 comentarios:

silvia zappia dijo...

somos una confluencia de soledades, viviendo entre animales



besos*

fgiucich dijo...

Un mundo de fantasías que traspasa las orillas del tiempo. Abrazos.

Logan y Lory dijo...

Eres tú y tus ensoñaciones, tus luces y tus sombras, tus sonidos y tus silencios, es tu propio yo el que aulla o gime, el que se calla o silba, el que pone decorado y banda sonora en tu mundo mágico.

Un placer leerte

Un abrazo.