...Caigo en mi instinto:

...Caigo en mi instinto:
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, pero no puedo ver cajones y cajones pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver todavía caliente la sangre en los cajones. Gonzalo Rojas, Contra la Muerte

viernes, 29 de mayo de 2009

Inmune. (Su vida en seis palabras).




Cuenta la fábula, de un hombre triste y sin vida. Entristecido y enmudecido por tu propia esencia; su vago pensamiento. El viaje a su universo inmune hizo que aun más rompieran los espasmos del nivel entre nubes y sueños. Siempre resguardado al hablar, al ver. Siempre denegado al responder, al quebrar la inefable piedra de cedro, madera putrefacta incapaz de oler; era inmune a su propio ser. El amor único e indeleble era su libro preferido, amaba la literatura de Sófocles, la tragedia nunca comprendida, el amor a su madre quiso enmudecer aun más la quietud de su alma. Evaporó todo pasado incluso futuro, quiso así entristecer aun más el rotundo encuentro con su sombra, exasperada, retirada del cuerpo inmundo, estaba ya fuera de los suelos húmedos llenos del estiércol de su mirada, ciega y putrefacta; ni cerros ni sol, solo el sexo de sus estrellas y universo. El silencio precavió en el mudo sentido del viaje a su planeta; rojo, violeta, hasta negro. Él se había vuelto invisible. Se encontraba en el cine trágico, en el cinema fabuloso de miradas omnipotentes, él era el Dios, el era el sexo, el viaje. Él era el amor en esencia, y lo único que había hecho era tornarse invisible por la transparencia de sus propios sentidos… decidió definitivamente cegar sus ojos, disgustar su boca, romper sus labios, por ser la persona invisible, sin olor ni hedor… Él era el propio dios de su planeta, mundo de mar y océanos; vientos y presencia, Él era voz propia e independiente…
Logremos vencer el cuerpo de estas seis palabras tan omnipotentes, como esta fábula de árboles sin cinemas; con trágicas letras sin actuación, y teatro incorpóreo.
NOTA
Juanse me dejó tarea: Seis palabras para armar un texto: vida, amor, literatura, sexo, cine y viaje.
Y aquí esta la correspondencia, espero que les guste este joven ¿Viejo? inmune al exterior, exótico en el propio, un genio omnipotente. Saludos en agrado.-

7 comentarios:

Nandasaurius.(: dijo...

Qué manera más genial de describir, brevemente pero profundísima, a aquel hombre .
Tan real la descripción que uno llega a sentirse así.
Pero, al parecer, él mismo quiso no tener vida. Él se privó de vida externa para terminar viviendo de él mismo, en una constante decadencia. ¿O no?

Lo de siempre, tus escritos siguen sorprendiéndome.

Que estés bien.

silvia zappia dijo...

Sólo digo...sos un grande!
Tu composición es magnífica, tu dominio de las palabras no es de este mundo.




Mil besos!

silvia zappia dijo...

Yo de nuevo, amigo Cromosome.
Te cuento que abrimos El Taller, blog común a muchos de nosotros. Allí publicaremos ejercicios como éste que acabás de hacer.
Me gustaría que participaras, pero no puedo enviarte invitación porque desconozco tu mail.
Si querés, escribime a rayuela_57@hotmail.com
Y subís la maravilla que has escrito al tallercito!

Un abrazo!

Logan y Lory dijo...

Te auguramos un futuro visible cubierto de palabras, frases y relatos imaginados por un hombre que sí tiene presencia.

Enhorabuena. Tu relato es realmente magnífico.

Juana Macías Moreno dijo...

era inmune a su propio ser...eso es ser un dios, nada hay tan difícil como no dañarse a si mismo. Muy original como has usado las 6 palabras. Eres grande.

Besos.

Ismael U. V dijo...

Esta bueno el texto loco.
Te sigo
Saludos!

JuanSe... dijo...

wow!! me quito el sombrero, lo pongo sobre la silla y aplaudo... y hasta silbo... qué buen relato te has sacado chico!!!! en serio que tal vez de "El Taller" somos los más jovenes... pero como que hemos demostrado nuestro nivel... que bueno que aceptaste el juego... y me gustó mucho...

quisiera ser dios para poder ser inmune... pero realmente no quisiera serlo para poder sentir todo lo que pasa a mi alrededor...

un abrazo