A veces sólo basta con mirar por la ventana
Y ver las nubes amalgamar gotitas de luz
Fragmentos de recuerdos que hilvanan esta paciencia pueril
Con el juego de la bruma de un otoño noventero
Puedo navegar tranquilamente por melodías de mediodía
Esas que suenan a radio y cocina
Risas y juegos que explosionan en los cielos de Osorno
Elevando volantines en una batalla de jotes ebrios
A través de esta abertura/apertura
Llego a la ventana de aquella cocina
hacia los atardeceres con olor a té de hoja
y la mesa esperando ser servida
los espacios han quedado atrapados
en otros espacios con memoria;
hay memoria en esta luz, en estas sensaciones etéreas.
Hay gritos y risas en aquella ventana con mirada al patio profundo y lejano;
Fragmentos que a una velocidad abisal se reúnen en este tiempo y espacio.
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